Reinventarse no es una cuestión que cualquier artista pueda hacer, entender el sonido de cada generación, adoptar nuevo público con códigos diferentes (la juventud), mantener al público pasado, mezclarlos en un mismo espacio para hacerlos bailar durante horas, eso es Juana Molina: “La vanguardia infinita”.
Atravesada directamente por sus comienzos artísticos, como actriz y comediante, sus conciertos no se reducen solo a una repertorio musical. Pareciera ser, que la que sube a cantar es una persona más del público y entre cada canción, se toma el tiempo de interactuar con los oyentes, como si se tratara de una reunión de amigos, o una comedia teatral. Tal vez esas cuestiones plasman directamente frente a tus ojos, la forma de ser que Molina tiene, es entonces, que uno empieza a comprender la entrega y amor de parte de sus seguidores.
Videoclip Full Performance de Juana Molina
Encasillar su música en un solo género no sería suficiente, la experimentación a lo largo de su carrera, tomó las riendas de su música, y la llevó en un viaje sonoro extenso, pasando por el folk, la electrónica, experimental pop, punk rock y ambient.
Estas cuestiones la han llevado a obtener un reconocimiento no solo del público argentino, sino también internacional, unos de los momentos claves en su carrera, fue el dia en el que el ex líder de Talking Heads, David Byrne se comunicó con ella asombrado por su música y la invitó a ser telonera de sus shows en una gira por los Estados Unidos, ayudando también a exportar su talento en otros países.
El viernes primero de Septiembre, Juana se presentó en el Club Paraguay; sobre el escenario junto al baterista Diego Lopez Arcaute, rodeada de sus sintetizadores y una pedalera, que ayudaba a crear esos loops hipnotizantes característicos de su música, repeticiones rellenas de coros, apilados uno sobre el otro, como si se tratara de una torre construida en base a voces y armonías, aumentaban la velocidad y en consecuencia la euforia de la gente, y esos rostros enloquecidos se perdían entre el pogo, el humo y las luces.
Esa energía acumulada y cargada en el ambiente, terminó de explotar, cuando un fanatico desde el público exclamó con todas sus fuerzas, “¡Juana hace Mosh Pit!”, sin dudarlo y con sus 61 años, la cantante tomó carrera desde el escenario y voló directamente sobre las manos del público que la recibieron entre todos, formando un colchón para que aterrice sin hacerse ningún daño.
Un día punk fue lo que se vivió esa noche en la ciudad de Córdoba, desde el espectador más joven, hasta el más adulto disfrutó del concierto excepcional que dio Juana Molina en Club Paraguay.