Soda Stereo “Gracias Totales”

Nota de Laia Burella, redactora juniors de la Guía del Ocio.

Una noche calurosa con apenas una brisa de viento cada tanto. El Campo Argentino de Polo ya estaba lleno desde las 17:30 de la tarde. El show iba a comenzar a las 21:00, pero ningún concierto de Soda Stereo comenzó a horario. El público cantaba “volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ver a Soda, como en el 83”.

“Me acuerdo de que entre el 82 y 83 teníamos unas ganas locas de salir a tocar por primera vez y no nos animábamos. Finalmente, una noche estábamos los tres comiendo unos tallarines en la casa de Charly y recibimos un llamado de alguien que nos pedía tocar en un bar de Núñez, Esa noche había un directivo muy conocido de CBS, Horacio Martínez, productor de Los Gatos y otros. Quedó flasheado con la banda y nos propuso un contrato para hacer nuestro primer disco. No podíamos creerlo, al fin rompíamos el cascarón y con yapa, así que en la madrugada regresamos a comernos los tallarines recalentados”– Gustavo Cerati.

Soda en vivo en 1983- Foto de Ana Belén María Saint-Jean.

Entre aplausos, gritos, cantos y emociones, se hicieron las 21:50. Se apagaron las luces, el escenario quedo apenas iluminado. De repente, en las pantallas gigantes, se aprecian postales y videocaseteras de todas las épocas de Soda. Junto con esas imágenes aparece Gustavo Cerati, entre los recuerdos de la banda. No podía faltar el homenaje a él, a la gran ausencia del grupo de tres.

Ahí estaba Cerati, entonando la primera canción del show, Sobredosis de TV, desde las pantallas. En vivo desde el escenario, Zeta Bosio y Charly Alberti hacían la base rítmica acompañados de Richard Coleman, amigo de Gustavo. Los fanáticos estaban como locos, saltaban, se emocionaban. No podían creer que después de 14 años estaban en un concierto de la banda que, posiblemente, sea una de las más grandes de Argentina. Esa misma banda que hace 30 años se presentó en la Avenida 9 de Julio y juntó alrededor de 300 mil personas.

Entre los espectadores, había gente grande y muchos jóvenes, que estarían viendo y escuchando por primera vez al grupo en vivo. Muchos que no tuvieron la oportunidad, eran chicos o todavía no habían nacido. “Nosotros tocamos esa canción, escucha amigo, que locura”, dijo, en pleno show, el cantante de un grupo de chicos, que tienen una banda donde interpretan canciones de ellos. Obviamente no es lo mismo porque falta un integrante, pero se llevan la alegría de decir “vi a Soda Stereo en su última gira”.

A lo largo del show, pasaron muchos cantantes. Entre ellos, Benito Cerati, quien cantó Zoom y al final dijo “mi padre siempre estará presente en cada uno de ustedes”. El hijo de Gustavo se retiró del escenario ovacionado por la gente.

Benito Cerati cantando Zoom.

También estuvieron Gustavo Santaolalla para Cuando pase el temblor; Walas, de Massacre, para Juego de seducción, y el Café Tacvba Rubén Albarrán para Lo que sangra. Por otro lado, Mon Laferte y Chris Martin, cantante de Coldplay, incrementaron las participaciones “virtuales”.

El show terminó con la canción De música ligera. Charly y Zeta se abrazaron con los cantantes invitados y tiraron púas para el público. Entre la emoción de la banda, se podía escuchar a los espectadores cantando “Cerati, Cerati”. Gustavo demostró que siempre estará presente.

Soda y los invitados se despiden al terminar el show.

Una vez más, Soda Stereo, dejó claro que es una de las mejores bandas del país, reuniendo más de 50 mil personas. El público no quería que el gran show terminara, pedían más canciones, mientras a algunos se les caían las lágrimas de los ojos y gritaban: “Gracias Soda”, “los amo”, “no se vayan”.

Así se comienza a cerrar una etapa para Zeta y Charly. Se acerca el punto final de una banda que comenzó en Buenos Aires en 1982 y se convirtió en uno de los más populares e importantes grupos musicales del rock nacional. Aunque se termine, las canciones y los cantantes siempre estarán en el corazón de muchos argentinos. Hoy les toca a los fanáticos decirle “Gracias Totales” a ellos, como lo hizo Gustavo Cerati en 1997.